¿Cómo afecta la cultura de cancelacion?

Esta llamada cultura anulada polariza, ciega, asfixia y provoca que la gente sean inútiles de oír, entender y entender a la otra persona que busca los intereses y esperanzas de avance personal y expansión de la experiencia social.

A realmente pocas personas les agrada la independencia de expresión. Favorecemos que el resto expresen sus ideas en el momento en que están en armonía con las nuestras. Nos enoja mucho más la censura de quienes tienen una opinión similar a la nuestra. Si su visión semeja sobrepasarnos, o si nos ofende, es simple conseguir disculpas o maneras de relativizarla. Si nuestro enemigo padece una crítica o insulto habitual y su situación crea una polémica, asimismo es mucho más posible que desconfiemos de la justicia del reclamo: observamos de qué manera se emplea para movilizar su lógica posicional que contamina la evaluación.

Christopher Hitchens recordó la civilización adecuada a tres personas condenadas por blasfemia: Sócrates, Jesucristo y Galileo. En el momento en que uno se piensa a sí mismo como partidario de la independencia de expresión, uno desearía proteger a la gente de este modo: un tanto ofensivas en su hondura pero fenomenales

Una cultura de la cancelación incentiva la retirada del acompañamiento de personas o compañías como producto de ciertas críticas o acciones. , pero ¿verdaderamente consigue su propósito?

Con 3.800 millones de individuos, las comunidades se convirtieron en una sección fundamental de la vida de bastante gente. Influyen en la manera en que se administran los negocios, la propaganda e inclusive la política. Y más allá de que tienen peculiaridades y usos positivos, asimismo tienen efectos negativos.

El indiscutible poder de las comunidades y el anonimato han concedido a los individuos un poder sin precedentes. La cancelación (con o sin razonamientos) se volvió común y las figuras conocidas precisan tener bastante precaución con lo que dicen o hacen. Le pasó a Joanne Rowling, Emily Lucius, Martín Cirio "La Faraona", Juan Darthés, Sebastián Villa, Jhonny Deep, Lali Espósito y muchas otra gente conocidas en todo el país y también en todo el mundo.

Para Pedro Dauria, psiquiatra y psicoanalista del Dr. Galen, una asesora médica on-line, "cualquier cosa que sugiera no admitir la diferencia es violento y la cancelación es otra señal de que no admite la diferencia".

La civilización de la cancelación supone desautorizar o “anular” a alguien que dijo o hecho algo ofensivo o cuestionable. Y si bien es un fenómeno impulsado por las comunidades y la comunicación instantánea en la era digital, no es nada nuevo.

Nestlé o Coca Cola son los enormes conjuntos productores que tuvieron que lidiar con la civilización de la cancelación.

No hay crisis en la reputación de una marca o compañía. Anular la civilización llegó para quedarse, un movimiento consistente en un ataque masivo a cualquier elemento popular que existe.

En contraste a la imagen, la popularidad es acumulativa y jamás va a ser manipulable. La primera siempre y en todo momento puede ser manipulada y amoldada, no obstante, la reputación es un factor relacionado a la probabilidad y la seguridad, la acumulación de hechos, acciones y también imagen de marca a lo largo de largos periodos de tiempo.

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